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Este film es como la velocidad: movimiento sin contenido. Nicolas Cage, delincuente reformado, tiene que robar un montón de coches en unas pocas horas para salvar a su hermano de una peligrosa banda de asesinos. Así es: poco tiempo y muchos cilindros en pos de convertirse en héroe fraternal. Sólo la afición de la gente joven a las carreras y las persecuciones de coches puede explicar el enorme éxito de taquilla de una película de inverosímil argumento y pobre desarrollo. Y sólo el chasis de los coches de lujo y -ya de paso- de la sexi Jolie es capaz de acelerar algo este film de acción sin frenos y cuesta abajo. Lo mejor: la pericia de los especialistas que conducen los vehículos y la espectacularidad de algunas persecuciones
OPCIÓN 1
OPCIÓN 2
